martes, 23 de agosto de 2011

Vocación u obligación



“El mundo está a oscuras no tanto por el mal
que hacen los malos, como por el bien que
dejan de hacer los buenos.”
Martin Luther King


Vocación u Obligación

En esta profesión he visto diferentes tipos de profesores, desde aquellos que estudian educación porque no consiguieron cupo en otra Facultad y aunque sabían que no tenían la vocación, no les quedó más remedio que elegir esta carrera para ganarse el pan, y ni hablar de aquellos que sólo estudiaron esta profesión por cumplir un capricho de sus padres, así que generalmente, una persona que estudia una carrera que no le apasiona, termina sintiéndose frustrado, sin embargo, los que hemos estudiado esta carrera por vocación, a veces hemos llegado a sentir esa sensación de frustración, y eso se debe muchas veces al respeto que se ha perdido por parte de una gran mayoría de estudiantes hacia sus profesores, y al poco sueldo que recibimos considerando la inflación en nuestro país, son sólo dos factores para que alguien quiera tirar la toalla en esta labor tan importante que tenemos los educadores.

Estas líneas son para aquel o aquella docente que ha salido del aula de clases desanimado, decepcionado, triste o simplemente frustrado, si eres educador, te quejas y te sientes mal, es mejor que busques otro oficio, porque no sólo tú estás siendo infeliz, sino que estás afectando a tus estudiantes con tu apatía, amargura, mal humor, y no sólo tú debes estar harto, ellos también lo estén ellos de ti. Seguramente tienes otros talentos para desarrollarte en otra labor, y si estudiaste esta carrera sin vocación con más razón te aconsejo que busques una tarea que te haga realmente feliz.

Ahora bien, si llevas la vocación de maestro en la sangre, porque sabes que es lo que te apasiona, y lo disfrutas muy a pesar de todo lo negativo, si eres de los que amas las sonrisas de tus muchachos, disfrutas de ese “¡Ah ya entendí profe!” cuando has logrado el aprendizaje, si eres de los que posee la esperanza de ver vidas cambiadas con tu trabajo y añadido a eso amas a tu país aún y cuando los demás dicen que nuestra sociedad no tiene remedio, a ti te digo: “¡Te necesitamos!, no verás el fruto de tu trabajo de inmediato, pero te aseguro que necesitamos más gente como tú en nuestra profesión, para formar a esos hombres y mujeres virtuosos. Bolívar dijo una vez que un sistema no constituye una la República, son los hombres y mujeres virtuosos quiénes constituyen ésta.

Debo confesar que más de una vez llegué a casa llorando, sintiendo que había perdido mi tiempo estudiando esta carrera, que mi profesión no era estimada como en un pasado lo fue, no sólo he visto el irrespeto de jóvenes hacia sus docentes sino también de los mismos representantes que apoyan muchas veces la flojera, apatía y desidia de sus hijos, y la culpa según ellos es de nosotros, cuando bien sabemos que la primera educación empieza en el hogar, y los hijos son un reflejo claro de sus padres. Me alegro que hoy día tengamos la LOPNA, y que nuestros niños, niñas y adolescentes conozcan sus derechos, pero se ha olvidado destacar sus deberes para con sus padres, escuela y comunidad, ciertamente ahora están protegidos, antes habían maestros que golpeaban y castigaban severamente a sus estudiantes, yo misma tengo un mal recuerdo de una maestra en 4to grado de primaria que me golpeó y humilló delante de mis compañeros de clase, sin embargo; considero que se debe también enfatizar los deberes que nuestros “chamos” tienen para con sus padres, docentes y sociedad. Por otra parte, también he llorado cuando he visto que el sueldo no me ha alcanzado para las necesidades básicas, yo sé qué es tener que sacar de tu propio sueldo dinero para comprar materiales que necesitas para realizar tus clases, y hacer dinámica una clase, eso nadie lo agradecerá nunca, ni siquiera tus propios alumnos, por eso comprendo el por qué muchos profesores convierten sus clases en un aburrimiento para sus estudiantes, o porque sólo se sientan a dictar desde un escritorio y van perdiendo el entusiasmo al impartir conocimientos. Apartando todo esto, siempre hay algo que te lleva a querer hacer las cosas bien, en hacerlo mejor por ellos, y por el profundo anhelo que ellos sean ese cambio que el país necesitará a futuro. Y hablo de cambio porque tenemos que mejorar en muchos aspectos como venezolanos.

No sabes qué impacto pueda tener tu vida, tu ejemplo y tus palabras en los niños o jóvenes a los que enseñas. Mi maestra Eva, en segundo grado de primaria, marcó mi vida de forma positiva, y en mis juegos con las muñecas y con otros niños yo la imitaba, jugaba a la escuelita, sonrío porque jamás imaginé que yo sería profesora, que esos juegos serían luego una realidad para mí. En otro capítulo ya hablaré de aquellos profesores que me dejaron un gran tesoro de enseñanza e impactaron mi vida con su ejemplo.

Lo que trato de hacerte ver es algo que has olvidado, y es cómo has marcado vidas y lo has olvidado, has dejado huella en el destino de muchos, por lo tanto, no te rindas y no decaigas en la responsabilidad hermosa que te ha sido entregada. Andrés Bello por ejemplo, marcó la vida de nuestro Libertador Simón Bolívar, quizás la historia habría sido otra si Bello no hubiese estado en el escenario, tal vez nuestro destino habría sido otro si no hubiese existido un Simón Rodríguez, otro gran maestro venezolano.

Tú estás escribiendo la historia de nuestra nación e ignoras esto.

La profe Lili.

“El educador mediocre habla.
El buen educador explica.
El educador superior demuestra.
El gran educador inspira.”
William Arthur Ward.

¿Cuál es tu motivación para trabajar?


“Comienza haciendo lo que es necesario,
después lo que es posible y de repente
estarás haciendo lo imposible.”
Francisco de Asís.

¿Cuál es tu motivación para trabajar?
Nuestros países han vivido crisis de todo tipo, económicas, morales, e incluso espirituales, en muchas ocasiones nos hemos levantado y en otras hemos caído nuevamente, una de las cosas que he aprendido como trabajadora de la docencia ha sido el trabajar con un bajo salario pero sin menguar mi ánimo y mi sonrisa a la hora de dar lo mejor en clase, pero no siempre fue así, como todos experimenté aquellas veces en las que me quejaba y en las que me he sentido tan frustrada que “tiraba lo toalla” como decimos en mi país (Venezuela), sin embargo hubo un momento de mi vida en el que reflexioné con diversas situaciones que Dios colocaba en mi camino, con palabras de mis estudiantes, o sencillamente me sentía inspirada al leer biografías de hombres y mujeres que sin nada, lograron marcar el rumbo de sus países, eran simples mortales como usted y como yo, personas corrientes, sin ningún tipo de “poder mágico” como los Xmen, todo lo contrario, eran personas que tuvieron que hacerle frente a la vida y a circunstancias adversas sumamente tristes.

Cuando leemos aquel pasaje bíblico sobre los Israelitas que habían salido de Egipto y que no hacían más que quejarse en el desierto pues miraban siempre al pasado y no creían que podían tomar aquella tierra plagada de gigantes, vemos personas que junto a la esclavitud que tenían en Egipto dejaron también la esperanza. A veces usted y yo nos atamos al pasado, siempre decimos “Antes era mejor…”, “Recuerdo cuando antes yo tenía esto o aquello…” y mirando atrás dejamos de ver nuestro presente y peor aún dejamos de creer en un mejor futuro. Dejamos de trabajar con ánimo por muchos motivos, y es entonces cuando debemos examinarnos para saber qué anda mal.

¿Para qué trabajas?, algunos podrían responder: trabajo para mí para comprarme las cosas que anhelo, y eso no está nada mal, pero si esa es la única visión de vida que posees sobre el trabajo entonces estarás trabajando para construir tu propia cárcel, para llenar tu casa de cosas y más cosas, hay un pensamiento de Antoine de Saint Exupery que dice: “Si sólo trabajamos por nuestros bienes materiales, nos estamos construyendo nuestra propia cárcel”.

Debe haber algo más motivador que las cosas materiales, si ése algo motivador es tu familia, vas por buen camino, pero trata que tu trabajo no te absorba al punto de no disfrutar de ellos, “Traten de estar más tiempo en casa. Los abuelos están en hogares para ancianos, los padres trabajando y los jóvenes... desorientados.” (Teresa de Calcuta)

Si tu motivación es tu país, ¿qué mejor contribución a tu Patria? Porque como diría una vez Luis A Ferre: “La Patria no es bandera, ni es himno, ni es ruido. La Patria es esfuerzo creador, es sentido de responsabilidad social, es trabajador entusiasta, es respeto a la razón y es amor a la libertad.

Finalmente, si es Dios es tu mayor motivación en cada área de tu vida, estarás entregando no lo mejor sino el 100% de tu vida misma en tu trabajo, como decía Teresa de Calcuta: “Hago mi trabajo con Jesús, lo hago por Jesús, lo hago para Jesús y, por tanto, los resultados son de Él, no míos.”

Seas docente o no, busquemos pues una motivación que nos permita disfrutar de nuestra labor del día a día, y sobre todo que al hacerla bien recordemos que estamos marcando la diferencia en nuestras profesiones para el bienestar de nuestra nación. Enseñemos esta lección a nuestros niños (as) y jóvenes, para que entiendan que no sólo serán trabajadores sino servidores.

La profe Lili.

“Lo que mueve al mundo no son los potentes brazos de los héroes,
sino la suma de los pequeños empujones de cada trabajador honrado.”
Hellen Adams Keller.

Cuidemos de nuestros niños.

 



 
“El amor es para el niño lo que el sol para las flores.
No le basta pan: necesita caricias para ser bueno
y para ser fuerte.”
Concepción Arenal.


 
Cuidemos de nuestros niños

Cuando me tuve que separar de mi familia, pues tenían que darme estudios en Valencia, fue un cambio drástico para mí, tenía 5 años y no sabía ni entendía por qué me habían separado de mi abuela y mis tíos, mi madre en ese momento era una desconocida, y lamentablemente no tenía tiempo para compartir conmigo pues precisamente luchaba y se esforzaba para poderme criar, no contaba con ayuda de absolutamente nadie así que trabajaba todo el día y en la noche estudiaba en la UC para poder superarse, en medio de esa soledad descubrí un lugar llamado “Escuela”, me daba pánico, era una niña muy insegura y aún no me adaptaba a mi “nueva vida”, sin embargo conocí un ángel en ese lugar, mi maestra Eva.

La maestra Eva se convirtió en una fuente de cariño, nunca faltaba una palabra de amor para sus niños, era mi modelo, y de alguna manera mi heroína, me escondía tras sus faldas, era muy miedosa, pero la mayor confianza la conocí a través de ella, se me aguarapan los ojos al recordarla, porque cuando somos niños sólo necesitamos un poco de amor y florecemos, ella es la “culpable” que hoy día yo esté en un salón de clases y que la docencia sea mi pasión y la cuota de responsabilidad con mi país y con mi gente. No sólo eso, escribí mi primer poema a los 5 años y medio y fue el día del maestro, no tenía nada que regalarle como los otros niños, así que le escribí algunas rimas con torpeza y recuerdo tanto su cara de alegría que fue cuando pensé “Esto tuvo que ser muy bueno para alegrar a alguien”, esa fue mi primera visión de la poesía.

Cuando pienso en todo esto, medito en que muchos niños que hoy son adultos escogieron un mal camino porque nunca encontraron una fuente de amor en sus vidas, por el contrario puede que el vacío que existió en su niñez se llenó de odio y resentimiento para con los que de una u otra forma lastimaron un corazón que tenía que florecer y no marchitarse ante los abusos y maltratos, puede que seas padre, madre, tío, hermana, prima, y en tu entorno familiar haya un niño, y debes brindar tu protección y amor a los niños de tu entorno, mi familia pensaba que mi madre me daba lo que necesitaba y así era, pero mamá no tenía tiempo para poder compartir conmigo, además fue criada en el campo y su madre tampoco la abrazaba ni le hacía cariños, ni mucho menos le decía palabras tiernas, así que ella no conoció otra manera de criarme, todo esto se presta para que el niño se refugie con quien no deba, afortunadamente muchas maestras tienen un sentido maternal y dan ese amor del que se carece en casa muchas veces, pero ¿qué hay de esas niñas que a temprana edad se relacionan con hombres mayores a causa de esa carencia en sus vidas?, y también pasa con los varones, en el liceo un joven me confesó que se involucró en una relación homosexual con un hombre mayor porque ese señor le daba dinero y las cosas que pudiera necesitar, según él, este hombre era el único que se había preocupado por él, y aunque sentía atracción por las muchachas tenía que ser “leal” al único que le había manifestado “afecto”.

Somos implacables al juzgar a nuestros jóvenes pero ¿hemos cuidado de su niñez?, creo que no porque ni siquiera en las fiestas infantiles cuidamos de su inocencia sino que las madres les colocan reguetón y ven muy gracioso que sus niños bailan en posturas sexuales, y si no me creen busquen en youtube los cientos de vídeos que suben de niños y niñas bailando ese baile en las fiestas infantiles.

Cuidemos de nuestros niños y niñas, brindemos un ambiente de amor sin caer en la alcahuetería, porque amar también implica disciplina y corrección, este es un llamado para los que estamos en aula y fuera de ésta, es una responsabilidad de todos.

Me despido con un pensamiento como de costumbre y con algo que una amiga del twitter me compartió esta semana y servirá para complementar este tema que hoy tratamos.

La profe Lili.


“Lo que se les hace a los niños,
los niños harán a la sociedad.”
Karl Menninger

Cuándo un niño debe acudir al psiquiatra

Los niños requieren asistencia psicológica o psiquiátrica cuando su conducta, convivencia y capacidad de aprendizaje no son como las de otros chicos.
Es común para muchos pensar en la infancia como "la etapa más feliz de la vida"; en efecto, se crean los primeros vínculos afectivos y se conocen las maravillas del mundo con asombro y fascinación, pero este proceso puede enfrentar dificultades que alteran la conducta de un niño, generando una relación conflictiva con su entorno, aislamiento y situaciones angustiantes que merman su capacidad creativa y de convivencia.
Problemas como tartamudez, falta de interés al hacer la tarea, fantasía excesiva y actitud agresiva en la escuela, entre otros, representan un reto difícil de llevar por los pequeñines, quienes debido a su inexperiencia en la vida encuentran dificultad para enfrentar hechos cotidianos y expresar sensaciones.
Aunque muchos padres no lo saben, cambios emocionales y de conducta en sus hijos pueden evidenciar la gestación de disfunciones mentales serias que requieren la ayuda de psicólogos, expertos en desórdenes conductuales y teorías de la personalidad, o psiquiatras especializados en infantes (paidopsiquiatras), quienes dan atención a casos en que se presentan anormalidades fisiológicas en cerebro y red neuronal.
Cabe mencionar que un psiquiatra es alguien que luego de concluir su carrera en Medicina se ha especializado en el ámbito de las enfermedades mentales; diagnostica y trata toda clase de alteraciones nerviosas, mentales y emocionales, principalmente de base biológica, y está autorizado para prescribir medicamentos.
Por su parte, un psicólogo estudia una licenciatura, es un experto en teorías psicológicas y de la personalidad, así como en el funcionamiento del cerebro, la relación del ser consigo mismo y con su sociedad; basa sus diagnósticos en entrevistas y la aplicación de tests; trata problemas como ansiedad, depresión y fobias, y no está autorizado para recetar medicamentos.
De esto habló con saludymedicinas.com.mx la psicóloga Francisca Bejar Nava, especialista en educación especial adscrita a la Clínica Universitaria de Salud Integral (CUSI) de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien considera que los problemas en la conducta o aprendizaje del menor no son intrascendentes, sino que deben ser diagnosticados por especialistas pues, afirma, en la gran mayoría de casos tienen más de una causa y requieren del seguimiento de puntos específicos para su tratamiento.
A fin de comprender esta situación explica que, para los especialistas en salud mental, crecimiento y desarrollo son dos cosas distintas, de modo que el primer concepto sólo hace referencia a cambios físicos del niño, en tanto que el segundo se aboca al estudio de "áreas como capacidad de movimiento, lenguaje, socialización, autocuidado y adquisición de conocimiento; a su vez, el desarrollo infantil puede estudiarse desde tres dimensiones: física, social y psicológica, siendo la primera el campo de acción del médico y las otras dos aquellas en que incidimos los psicólogos y psiquiatras".
Respecto a esto último, comenta que los investigadores en esta materia han establecido una serie de parámetros que conforman lo que se denomina "desarrollo esperado", el cual comprende estimaciones del comportamiento que cada niño debe presentar de acuerdo a su edad, grupo social y población a la que pertenece; un pequeño muy alejado de estas características se considera candidato a recibir tratamiento.
En otros términos, hablamos de chicos que no presentan la misma conducta que otros de su edad, por ejemplo, "cuando en los primeros años de vida se detectan deficiencias en el uso de lenguaje, ya sea porque el infante no habla en el tiempo promedio o lo hace de manera inadecuada; también cuando es más grandecito y presenta problemas en la escuela o no aprende al mismo ritmo que sus compañeros de grupo".
Importancia del diagnóstico
Bejar Nava explica que las dificultades en el desarrollo mental del niño tienen normalmente más de una causa, "como la dinámica familiar, las relaciones y demandas en el ámbito escolar o en otras áreas sociales, e incluso algún aspecto biológico que puede generar una condición inadecuada de desarrollo; todo esto llega a conjugarse de tal manera que provoca una serie de alteraciones en el perfil psicológico del menor".
Por ello, la "regla de oro" para atender estos problemas es la evaluación por parte de un psicólogo o paidopsiquiatra y, en ocasiones, por un equipo multidisciplinario de expertos en salud mental.
Si los trastornos que se presentan son meramente de comportamiento, el psicólogo será el encargado de llevar la terapia; en cambio, cuando se identifica que el origen es una anormalidad del sistema nervioso, ocasionada por factores hereditarios, accidentes o cáncer, el tratamiento será dado por un psiquiatra, el cual también está capacitado para atender problemas conductuales que puedan requerir prescripción de fármacos. La atención también puede realizarla un equipo conformado por especialistas de ambas ramas, quienes pueden apoyarse en neurólogos o pediatras, pero todo ello dependerá del resultado de la evaluación.
La examinación requiere varias horas repartidas en más de una visita tanto del niño como de sus padres y otros familiares; incluso, bajo aprobación de los consultantes, se puede obtener información pertinente de otras personas que tienen que ver con el infante, tales como el médico familiar y personal de la escuela.
Durante estos exámenes se analizan diversos puntos, como narración de los problemas y síntomas, obtención del historial médico de los padres y de la familia, conocimiento de los detalles que ha tenido el desarrollo del niño, descripción de las relaciones familiares y, de ser necesarias, pruebas de laboratorio como análisis de sangre, radiografías o algún test especial, como evaluaciones psicológicas, educativas o del habla.
Bejar Nava considera sumamente importante que la examinación sea lo más completa posible y que se estudien todos los factores que podrían afectar al infante. "Por citar un ejemplo, cuando hay malas calificaciones se deben tomar en cuenta la edad a la que el pequeño inició su vida académica (si fue a los cinco años en el jardín de niños o a los dos en maternal) y el sistema de enseñanza en el que se encuentra; esto porque hay distinto contenido curricular en una escuela oficial que en una particular, y en ocasiones la excesiva demanda de actividades saturan al alumno, generan malos resultados que afectan su autoestima y ocasionan rechazo hacia la educación".
La psicóloga comenta que hay casos en que con sólo cambiar de ritmo de actividades se empieza a tener buen desempeño, pero en otros se siguen presentando problemas para aprender a un ritmo adecuado, a la vez que se observa carácter introvertido, apático, poco participativo o completamente extremo: agresivo, demasiado inquieto y con períodos de atención muy reducidos. En situaciones así, la evaluación permitirá conocer los motivos de la conducta, que pueden encontrarse en el ámbito familiar, y determinar los pasos a seguir para obtener una solución.
Hay que hacer mención de que psiquiatra o psicólogo tiene la obligación de preparar un informe para describir a los padres y al niño cuál es su situación en términos comprensibles, de modo que los aspectos biológicos, psíquicos y sociales sean contemplados, y de que toda duda sea aclarada. Posteriormente se ofrece una serie de recomendaciones y se desarrolla un plan de tratamiento.
Algunos ejemplos
A fin de clarificar de qué manera pueden ayudar psicólogos y psiquiatras a superar problemas en el desarrollo del menor, Francisca Bejar habló de algunos de los casos más frecuentes a los que se enfrentan:
Tartamudez. La evaluación de los pequeños que se comunican con pronunciación entrecortada y repitiendo sílabas toma en cuenta la edad en que se presentan esta deficiencia del habla, y prosigue con la revisión médica del aparato fonoarticulador (boca y lengua), así como la forma en que el pequeño expulsa el aire y utiliza la lengua. La psicóloga comenta: "Si vemos que está bien, descartamos la parte biológica y descubrimos que el tartamudeo puede presentarse por una condición emocional y que, por ello, sólo ocurre ante ciertos eventos que crean alto nivel de ansiedad en el chico".
Aquí, el psicólogo o psiquiatra atiende el aspecto emocional y enseña a su paciente a enfrentar situaciones estresantes, a la vez que se siguen ejercicios para mejorar su pronunciación y una terapia de lenguaje en la que participan constantemente los padres, pues se ha observado que su intervención es crucial para llevar el tratamiento de manera adecuada.
Enuresis. Aunque la mayoría de los niños dejan de orinarse en la cama aproximadamente a los tres años, hay quienes siguen presentando esta situación en edades más avanzadas. Lo cierto es que no estamos ante una enfermedad, sino que es un síntoma bastante común.
La enuresis puede tener sinnúmero de causas emocionales, por ejemplo, cuando un niño comienza otra vez a orinarse en la cama después de meses o años de no hacerlo, se sospecha que enfrenta nuevos temores o inseguridades, por lo que suele asociarse a algún evento que le generó miedo e incertidumbre: el traslado de la familia a otra población, la pérdida de un ser querido o el nuevo hermanito que reclama atenciones por parte de los padres.
Aunque esta dificultad llega a ser atendida exitosamente incluso por el pediatra, algunas veces la enuresis no se resuelve de manera sencilla; en estas ocasiones suelen presentarse otros problemas emocionales, tales como tristeza o irritabilidad constantes, cambios en el apetito o en los hábitos de dormir. En estos casos se recomienda consultar a psiquiatra o psicólogo de niños para realizar una evaluación.
Divorcio. Los padres pueden sentirse desconsolados o contentos por su separación, pero invariablemente los niños experimentan temores y confusión por la amenaza a su seguridad personal, además de que no entienden qué sucede en su familia, cómo se verán afectados y cuál será su suerte; incluso llegan a creer que son la causa del conflicto entre sus padres o tratan de hacerse responsables de reconciliarlos.
En general, la pérdida de uno o ambos padres debido a divorcio puede hacer que los infantes se vuelvan vulnerables a enfermedades físicas y mentales, de modo que los adultos deben percatarse de las señales de estrés persistentes en los pequeños, como falta de interés en la escuela, por los amigos o aún a entretenerse; otros indicios son dormir muy poco o demasiado, y ser rebeldes.
En todos estos casos el psiquiatra o psicólogo podrá evaluar y dar tratamiento al niño para aliviar las causas del estrés, además de que podrá aconsejar a los padres para que, de ser definitiva su decisión, hagan entender a los pequeños que mamá y papá seguirán al pendiente de su desarrollo, aún si el matrimonio termina y no viven juntos. La asesoría especializada también puede poner fin a disputas prolongadas acerca de la custodia de los hijos o por presionar a los infantes para que "tomen partido" por uno de sus progenitores.
Fobia social. Aquí se hace énfasis en la historia del niño, ya que, explica la psicóloga Francisca Bejar, el problema para socializar con sus compañeros es una alteración considerable de miedos y temores, o porque el chico toma demasiado a pecho lo que le dicen: recibe una broma y reacciona mediante conductas extremas que pueden manifestarse con agresividad o demasiada introversión, apatía pronunciada y alejamiento de sus semejantes.
Así, el trabajo se dirigirá a conocer la relación del pequeño con sus padres y los momentos en que se presentan las manifestaciones antes mencionadas de manera más pronunciada, a fin de determinar en qué aspecto se debe atender el perfil emocional del niño. En todo momento, psicólogo o psiquiatra deben considerar que hay aspectos biológicos que pueden generar esta condición, como problema de inmadurez neurológica (anomalías en el desarrollo del sistema nervioso), por lo que de ser necesario el caso será llevado sólo por el neurólogo (especialista en el funcionamiento del sistema nervioso) o paidopsiquiatra, quien seguramente recurrirá al uso de fármacos.
Depresión. Niños y adolescentes también sufren esta enfermedad que interfiere con sus habilidades y desarrollo integral, sólo que sus manifestaciones son ligeramente distintas a las de los adultos, por lo que los tutores deben permanecer atentos y buscar ayuda si uno o más de los siguientes síntomas persisten:
  • Tristeza y llanto constantes.
  • Desesperanza.
  • Pérdida de interés en sus actividades favoritas.
  • Aburrimiento persistente y falta de energía.
  • Aislamiento social, pobre comunicación.
  • Baja autoestima y culpabilidad.
  • Sensibilidad extrema hacia el rechazo y fracaso.
  • Coraje u hostilidad.
  • Quejas frecuentes de enfermedades físicas, como dolor de cabeza o estómago.
  • Ausencias frecuentes de la escuela y bajo rendimiento en los estudios.
  • Mala concentración.
  • Cambios notables en los patrones al comer y dormir.
  • Intentar o hacer mención de que se desea escapar de casa.
  • Expresiones suicidas o comportamiento autodestructivo.
Los niños y adolescentes que se portan mal en casa y escuela pueden estar sufriendo depresión sin que nadie se dé cuenta de ello, por lo que los padres deben acercarse más a ellos para percibir los cambios en su conducta y asistir al psiquiatra o psicólogo para tratar de lograr un diagnóstico temprano del mal.
Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Este término es relativamente nuevo y se utiliza para englobar varias alteraciones de conducta que presentan los niños; entre ellas se incluyen excesiva actividad motora (el pequeño corre, brinca y se desplaza sin cansarse) o problemas para mantener la concentración por tiempo prolongado, o ambos; en este último caso los infantes son fácilmente rechazados debido a que por momentos se comportan con tranquilidad y, sin explicación aparente, se vuelven agresivos, tienen explosiones de conducta y adoptan actitudes desmedidas respecto a ciertas circunstancias; por ejemplo, se enojan mucho y reaccionan de manera violenta cuando alguien bromea con ellos e insisten en actuar agresivamente aun cuando les llaman la atención.
Ante todo, Francisca Bejar considera que en la actualidad "está muy mal empleado el término TDAH, ya que muchos niños inquietos son diagnosticados erróneamente como hiperactivos", por lo que, subraya, "se necesita una evaluación multidisciplinaria en la que el neurólogo y el psiquiatra juegan papel principal para determinar qué tan alterado está su sistema nervioso y, al mismo tiempo, ver la conveniencia de administrar fármacos".
Si se establece que el pequeño tiene TDAH, psicólogo o psiquiatra ayudarán a desarrollar habilidades, como prolongar los periodos de atención u ordenar sus actividades llevando una agenda, además de que pueden asesorar a los padres, familiares e incluso a otros chicos para que comprendan el problema y sepan cómo actuar.
Violencia familiar. El efecto del maltrato a menores perdura mucho después de que las señales de golpes y heridas físicas han desaparecido o de que las ofensas se han esfumado, por lo que se suele reconocer que el tratamiento temprano es importante para minimizar los efectos a largo plazo causados por el abuso o maltrato físico y psicológico.
Es posible distinguir a los niños que sufren violencia intrafamiliar cuando son incapaces de confiar o querer a otros, tienen conducta agresiva, problemas de disciplina (en ocasiones incurren en actos ilícitos como robo), presentan comportamiento autodestructivo, son retraídos, temen crear nuevos lazos afectivos, presentan bajas calificaciones y se acercan peligrosamente a las drogas o alcohol.
Psicólogos y psiquiatras de niños y adolescentes proveen evaluación comprensiva y cuidado para los menores que han sufrido violencia en casa; también pueden ayudar a la familia a aprender nuevas formas de darse apoyo y de comunicarse. Cabe destacar que, de acuerdo a lo observado, el infante maltratado comienza a recuperar su sentido de confianza en sí mismo y en otros sólo mediante tratamiento.
Abuso sexual. Este tipo de violencia puede ocurrir a manos del padre, padrastro, hermano u otro pariente, o fuera de la casa, por ejemplo, un amigo, la persona que lo cuida, un vecino, maestro o desconocido; empero, en todo caso el pequeño desarrolla una variedad de pensamientos e ideas angustiantes.
No hay niño preparado psicológicamente para hacerle frente al estímulo sexual, y cuando los abusos en este aspecto ocurren en casa, el menor puede tenerle miedo a la ira, celos o vergüenza de otros miembros de la familia, o quizás puede temer que se presente una desintegración si denuncia el abuso, de modo que experimenta mucha tensión y angustia por lo que le ocurrió.
Los pequeños que han sufrido abuso sexual pueden mostrar en su comportamiento:
  • Interés excesivo o evitar todo lo de naturaleza sexual.
  • Dificultad para establecer relaciones con otras personas.
  • Pesadillas u otros trastornos del sueño.
  • Depresión o aislamiento de sus amigos y familia.
  • Obsesión por manifestar que tienen el cuerpo sucio o dañado, o miedo de que haya algún daño en sus genitales.
  • Negarse a ir a la escuela.
  • Tener prácticas delictivas.
  • Muestras de abusos o molestias sexuales en sus dibujos, juegos o fantasías.
  • Agresividad.
  • Pensamientos suicidas.
Si un niño dice que ha sido molestado sexualmente, los padres deben hacerle sentir que lo que pasó no fue culpa suya y buscar ayuda médica para que se realice un examen físico a su hijo; también deberán asistir al psiquiatra o psicólogo a fin de que ayude a los menores a recuperar su autoestima y sobrelleven sus sentimientos de culpabilidad.
Discapacidad. La labor a seguir es muy variada, dependiendo del tipo de problema que se presente y si éste es de nacimiento o adquirido. "No es lo mismo trabajar con un niño con síndrome de Down, al que se detecta desde que nace, a un pequeño que físicamente no demostró ninguna alteración, ha llevado un desarrollo normal pero al llegar a la escuela tiene problemas de aprendizaje; es hasta ese momento o al observar que requiere dos años para cubrir cada grado escolar cuando se percibe que hay daño biológico difícil de detectar".
En todo caso, explica Bejar Nava, los psicólogos y psiquiatras ayudan a llevar una educación especial que garantiza mejor calidad de vida, y al existir un compromiso de parte de familiares y expertos, el resultado es mejor para lograr el bienestar integral del niño.
Adopción. No hay consenso entre especialistas en salud mental sobre a qué edad debe saber un niño que fue adoptado, pues esto dependerá de las circunstancias en que se presente la situación, pero se afirma que los pequeños deberán enterarse por boca de sus padres, ya que de saberlo a través de terceras personas pueden sentir ira y desconfianza hacia sus tutores y pueden ver la adopción como mala o vergonzosa.
El niño adoptado puede desarrollar problemas emocionales y de comportamiento como resultado de las inseguridades relacionadas con su condición, por lo que si los padres notan anomalías en el carácter del menor o simplemente tienen la inquietud, deben buscar ayuda del psicólogo o psiquiatra.
Niños sobresalientes. A decir de Francisca Bejar, éste es uno de los grupos más descuidados, debido a que su condición es difícil de evaluar con exactitud (incluso puede ser parcial, temporal o permanente) y debido a que los sistemas educativos están desarrollados sólo para la población general y no para quienes superan el parámetro medio; estos chicos difícilmente pueden adelantar años escolares y, por tanto, requieren de terapia específica.
El trabajo del psicólogo consiste no sólo en ofrecer actividades colaterales que ayuden al aprendizaje, sino en dar apoyo emocional, pues estos niños presentan un problema conocido como discronía emocional, en el que las demandas sentimentales y de juego superan a las de la edad cronológica. "Hay pequeños de 8 años que quieren jugar y relacionarse como cualquiera, pero los compañeros de su edad no tienen las mismas inquietudes; entonces descubren que les gustaría convivir con niños de 12 años, pero éstos los rechazan. Tal situación crea un choque emocional y por eso tenemos que apoyarlos psicológicamente, para que su relación con los demás no sea desfavorable".
Anorexia y bulimia. Malos hábitos de nutrición, modas y, ante todo, la imitación de un hermano mayor o tutor generan problemas alimenticios comunes entre los adolescentes e incluso entre los 8 y 14 años de edad, por lo que podemos hablar de bulimia y anorexia nervosa en niños, principalmente del sexo femenino.
Se ha observado que el carácter de quien padece anorexia nerviosa es perfeccionista y busca obtener muy buenas calificaciones en la escuela pero, al mismo tiempo, se subestima, cree irracionalmente que está obesa aun cuando pierde mucho peso y se pone muy delgada, ya que en su intento por lucir "esbelta" en realidad se mata debido a su régimen de hambre.
Cuando hay bulimia, la niña o niño ingiere grandes cantidades de alimento con alto contenido calórico, y luego busca eliminar sus copiosas comidas a través del uso de laxantes o provocándose el vómito. Esto puede alternarse con dietas extremas que resultan en fluctuaciones de peso dramáticas.
Psiquiatras y psicólogos de niños y adolescentes son los indicados para evaluar, diagnosticar y dar tratamiento a estos desórdenes caracterizados por la obsesión hacia la comida y la distorsión de la imagen física. Las investigaciones demuestran que la identificación y el tratamiento a tiempo tienen resultados favorables, por lo que los padres, al notar los síntomas, deben acudir al psicólogo o psiquiatra, quien trabajará en equipo con un nutriólogo.
Drogas y alcohol. Por desgracia, creciente número de niños y adolescentes tiene algún tipo de acercamiento con estimulantes; algunos los ignoran, otros experimentan un poco y luego los dejan, pero otros seguirán usándolos regularmente con varios niveles de problemas físicos, emocionales y sociales, incluso desarrollan dependencia y actuarán durante años de manera destructiva hacia sí mismos y otros.
Quienes comienzan a fumar tabaco o a beber desde temprana edad corren grave riesgo, ya que se ha observado que son más propensos a consumir mariguana y otras drogas ilícitas. Las señales principales del abuso de drogas por niños y adolescentes pueden incluir:
  • Fatiga constante, quejas acerca de su salud, ojos enrojecidos y sin brillo y tos persistente.
  • Cambios en la personalidad, variaciones bruscas de humor, comportamiento irresponsable, baja autoestima, depresión y desinterés general.
  • Desobedecen las reglas familiares o dejan de comunicarse con seres queridos.
  • Calificaciones bajas, ausencias frecuentes en la escuela y problemas de disciplina.
  • Se hacen de amigos nuevos, a quienes no les interesan las actividades normales de casa y escuela, presentan problemas con la ley y estilos poco convencionales en su forma de vestir.
Una manera eficaz en que los padres pueden demostrar su preocupación y afecto por sus hijos es discutir francamente con ellos sobre el uso de bebidas alcohólicas y drogas y, en caso de observar síntomas arriba referidos, deben consultar a un psiquiatra para someterlos inmediatamente a tratamiento.
La solución está en todos
Para que el resultado sea el esperado, uno de los puntos más importantes de la terapia consiste en vincularse estrechamente con los progenitores del niño, pues de acuerdo a la psicóloga*, el esquema de trabajo semeja un triángulo en cuya base se encuentran los especialistas y familiares, y sólo si esta labor se realiza en conjunto se logra beneficiar al pequeño, quien se encuentra en el ángulo superior.
Empero, mención aparte merece el hecho de que en gran número de ocasiones el desarrollo del menor se ve afectado precisamente por el ambiente en casa. Bejar Nava comenta que muchos padres "ubican al niño como el origen de las dificultades, lo utilizan como chivo expiatorio y pretexto para decir que toda la dinámica familiar, la relación de pareja o con otros hijos está afectada por culpa de él, un 'niño problema'".
De lo anterior se deduce que la labor del psicólogo o psiquiatra debe ser muy hábil para hacer entender a los padres que ellos también requieren terapia. "En el caso de la violencia intrafamiliar, se determina con claridad que los progenitores son causa del problema, pero les resulta increíble que uno les diga que ellos son partícipes y a veces la principal causa de que el niño tenga bajo rendimiento o indisciplina en la escuela. El trabajo es complejo, sistemático y con mucho compromiso para que no se vea interrumpido y cubra sus distintas etapas: reconocer que hay dificultades, buscar soluciones y llevarlas a la práctica".
Asimismo, la especialista expresó que la atención psicológica o psiquiátrica en la infancia requiere la colaboración de padres y profesores; a través de la experiencia se ha observado que cada uno en su respectiva esfera puede apreciar el origen de alteraciones en la conducta.
En lo que se refiere a los maestros, comenta que deben permanecer atentos, "no sólo ante niños muy inquietos en el salón, sino también deben observar al que casi no participa, al poco activo, demasiado introvertido o muy fantasioso, situaciones que pueden mostrar que el pequeño sufre maltrato en casa, pero eso sólo lo puede conocer el maestro al interactuar con sus alumnos".
Asimismo, destaca que la labor del profesor es importante tanto por el tiempo que pasa con los infantes como porque actúa en situaciones controladas y dirigidas, como el aprendizaje académico. "A lo mejor el niño pasa más tiempo con los papás, pero ellos cubren actividades de la vida diaria, exigencias y demandas de una familia; pero cuando ingresan al colegio las labores tienen un propósito, un porqué y un para qué, por lo que se empieza a conocer al niño de manera más integral y en situaciones inéditas que ponen en evidencia alguna dificultad".
Por otro lado, remarca que los padres deben ser observadores hacia sus hijos para apreciar alteraciones o conductas repetitivas que manifiesten dificultades en su desarrollo. En efecto, un niño puede insistir en que no quiere ir a la escuela, presenta bajas calificaciones o se resiste a hacer su tarea bajo todo tipo de excusas, siendo que antes la realizaba de manera exitosa; también puede mostrar pérdida de apetito o se alimenta en exceso, además de que tiene pesadillas frecuentes, casi no duerme o muestra mucha ansiedad; con esto el pequeño no manifiesta flojera o incapacidad, sino puede estar "diciendo" que no está a gusto en la escuela e incluso que hay maltrato por parte de un profesor.
Finalmente, Francisca Bejar expresó que dar importancia a la detección y al tratamiento de problemas de salud mental en la infancia es muy necesario porque previene dificultades en el futuro no sólo en lo individual sino en lo familiar, debido a que "lo que le ocurre al niño es un reflejo de su condición de vida" y, ante todo, considerar que en la salud mental siempre es mejor prevenir que lamentar.

lunes, 15 de agosto de 2011

Relatado por científicos

Publicado el por olyjambible





Por qué creemos que hay un Creador
Muchos expertos en varios campos de la ciencia perciben que hay diseño inteligente en la naturaleza y consideran ilógico pensar que la gran complejidad de la vida en la Tierra sea producto del azar. Por eso concluyen que hay un Creador.

Algunos de estos científicos se han hecho testigos de Jehová. Todos ellos están convencidos de que el Dios de la Biblia diseñó y construyó el universo material. ¿Por qué piensan así? A continuación se exponen sus interesantes comentarios.

Por qué creo en la Biblia

Un científico nuclear narra su historia...



RELATADO POR ALTON WILLIAMS:

En 1978 tuvieron lugar en mi vida dos sucesos importantes. En septiembre me doctoré en física nuclear y en diciembre fui ordenado ministro de los testigos de Jehová.

Cuando alguien se entera de que soy científico y a la vez Testigo, suele preguntarse cómo puedo conciliar los conocimientos científicos con la creencia en la Biblia. Debo reconocer que durante años yo también me preguntaba si ambos eran compatibles. Pero con el tiempo quedé absolutamente convencido de que las Escrituras están en armonía con los hechos científicos. ¿Cómo llegué a esa conclusión? Permítanme primero explicarles cómo me hice científico.

Un proyecto de diecinueve años

Nací en 1953, en Jackson (Misisipí, EE.UU.), y fui el tercero de once hermanos. Éramos una familia pobre. A menudo teníamos que mudarnos de casa porque mis padres no podían pagar el alquiler. Casi toda la comida la recibíamos gracias a un subsidio familiar que nos concedieron, y la ropa de segunda mano que llevábamos nos la daban las personas a las que mi madre les limpiaba la casa o la oficina.

Nuestros padres solían decirnos que la única manera de salir de la pobreza era recibiendo una buena educación académica. Por ello, a temprana edad me propuse obtener un título universitario. Entré en la escuela a los seis años y no dejé de estudiar durante los siguientes diecinueve años. Como me gustaban las ciencias y las matemáticas, cuando ingresé en la universidad empecé una carrera que me llevaría a ser científico.

En la universidad conocí a una joven llamada Del. Un profesor la había enviado a donde mí para que la ayudara con un curso de Fisicoquímica. Pero nuestras conversaciones pronto dejaron de limitarse a la ciencia, y nos enamoramos. El 10 de enero de 1974, durante un intervalo de dos horas entre clase y clase, nos casamos. Cuatro años después, en 1978, finalmente obtuve el doctorado.

Había conseguido lo que a mi entender era la clave del éxito. Ya era un científico, y ¡nada menos que un científico nuclear! Con mi título de doctor en Física Nuclear Teórica empezaría por fin a cosechar el fruto de mi larga formación académica. Ansiaba darme a conocer en el campo de la ciencia. Además, ahora podía escoger un puesto entre las muchas ofertas lucrativas de empresas privadas y de instituciones estatales.

No obstante, unos meses después, el 30 de diciembre de 1978, di un paso que resultó tener aún más influencia en mi vida y mi futuro que el doctorado que acababa de obtener. Ese día me bauticé en símbolo de mi dedicación a Jehová Dios y llegué a ser testigo de Jehová. ¿Qué me hizo dar ese paso?

Un libro despertó mi interés

A finales de 1977, mientras estudiaba en la Universidad de Massachusetts, en Amherst, dos Testigos llamaron a la puerta de mi apartamento. Yo había salido, pero Del estaba en casa con nuestro hijo de tres años y nuestra hija recién nacida. Mi esposa las invitó a pasar y, tras una agradable conversación, aceptó que la visitaran una vez a la semana para darle clases de la Biblia.

Pensaba que la fe en Dios se basaba más en la emoción que en la razón

Cuando me lo dijo, enseguida objeté. No me importaba que se hiciera miembro de alguna religión, pero no la de los testigos de Jehová. La verdad es que sabía poco de ellos, pero tenía la idea preconcebida de que eran un grupo extraño que utilizaba la Biblia para engañar a la gente. Así que, en mi afán por liberar a mi mujer de “las garras de los Testigos”, decidí valerme de mis conocimientos científicos para desacreditar sus enseñanzas.

Un día interrumpí mi trabajo de investigación en la universidad y fui a casa con el fin de estar presente durante el estudio bíblico. Pero llegué más tarde de lo previsto, y la señora que visitaba a Del ya estaba a punto de marcharse. De todas formas, me dio un libro titulado ¿Llegó a existir el hombre por evolución, o por creación?,* y le dijo a mi esposa que a la siguiente semana analizarían una profecía bíblica que muestra la importancia del año 1914. Aquella era precisamente la oportunidad que necesitaba. Le dije a la Testigo que para la siguiente clase estaría en casa. Quería comprobar la exactitud matemática de lo que iban a analizar tocante al año 1914.

Aquella misma noche empecé a leer el libro. Debo reconocer que me impresionó. Estaba redactado con lógica y contenía muchas referencias científicas sobre el tema de la evolución. Asombrado, me di cuenta de que el relato bíblico de la creación es mucho más exacto de lo que pensaba. Terminé de leer el libro a los pocos días y tuve que admitir que la Biblia no contradice los hechos científicos conocidos sobre la vida en la Tierra.

Decidido a hallar contradicciones

De todas formas, aún veía con escepticismo las enseñanzas de los Testigos, y deseaba comprobar matemáticamente la profecía bíblica acerca del año 1914. Tenía la esperanza de que así intimidaría a la Testigo y ayudaría a mi esposa a ver que las doctrinas que ellos enseñan están equivocadas.
Mantengo a mi familia
dando clases a tiempo parcial
A la semana siguiente, la señora regresó acompañada de un anciano de la congregación local de los testigos de Jehová, y él dirigió el estudio bíblico. Nos explicó las profecías de los capítulos 4 y 9 del libro bíblico de Daniel tocante a la llegada de Jesús como Mesías y Rey. Mi objetivo era hallar contradicciones matemáticas en lo que decía, pero no encontré ninguna. Al contrario, me volvió a impresionar la información tan lógica que contiene la Biblia.

Hasta ese momento pensaba que la fe en Dios se basaba más en la emoción que en la razón. ¡Qué equivocado estaba! Di las gracias a los Testigos por su instructiva explicación y les dije que me gustaría estar presente todas las semanas. A partir de entonces, además de estudiar en la universidad, estudiaba las Escrituras con los Testigos en compañía de mi esposa. Además, ambos empezamos a asistir a las reuniones que estos celebraban en el Salón del Reino.

En pocos meses aprendí muchas verdades bíblicas nuevas para mí y pronto reuní los requisitos para participar con la congregación en el ministerio de casa en casa... y eso que estaba a punto de obtener mi doctorado en la universidad, lo que consumía gran parte de mi tiempo. Terminé la tesis en el verano de 1978 y nos trasladamos al estado de Alabama, donde empecé a impartir clases de Física en la Alabama A. & M. University, en Huntsville. Tan pronto llegamos nos pusimos en contacto con los Testigos y reanudamos nuestro estudio de la Biblia con un anciano y su esposa. Al cabo de unos meses, Del y yo nos bautizamos el mismo día.

Científico y ministro religioso

En mi caso, he podido compaginar mi trabajo de científico con mi actividad como testigo de Jehová. En 1983 comencé a ejercer de astrofísico en el George C. Marshall Space Flight Center de la NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio), situado también en Huntsville.# Mi trabajo, experimental y teórico, se relacionaba con un telescopio de rayos X (conocido también como el observatorio de rayos X Chandra y que fue puesto en órbita con éxito en 1999 por el transbordador espacial Columbia). Me gustó mucho participar en aquel programa, el cual implicaba analizar los rayos X emitidos por diversas estrellas y galaxias a fin de entender mejor el universo material.
El observatorio de rayos X Chandra de la NASA en órbita
 y una imagen de los rayos X del agujero negro de un sistema binario

El trabajo me resultaba doblemente agradable, pues además de suponer un reto científico, incrementaba mi aprecio por el poder y la sabiduría del Creador. De hecho, las palabras que pronunció Jehová a través del profeta Isaías cobraron especial significado para mí. El Creador dice: “Levanten los ojos a lo alto y vean. ¿Quién ha creado estas cosas? Es Aquel que saca el ejército de ellas aun por número, todas las cuales él llama aun por nombre. Debido a la abundancia de energía dinámica, porque él también es vigoroso en poder, ninguna de ellas falta” (Isaías 40:26). Cuanto más “levant[aba] los ojos a lo alto” para escudriñar la inmensidad, complejidad y belleza del universo, más apreciaba la obra del Diseñador inteligente que creó todo aquello y estableció las leyes que lo mantienen.

Durante aquel tiempo estuve atareado publicando en revistas científicas información nueva basada en mis investigaciones en el campo de la astrofísica de rayos X. Pero también me mantuve activo en la congregación cristiana. Servía de anciano y dedicaba unas veinte horas al mes a la predicación pública. Mi esposa emprendió la obra de educación bíblica a tiempo completo.

Después de trabajar unos cuatro años en la NASA, sentí la imperante necesidad de dedicar más tiempo a ayudar al prójimo a aprender las maravillosas verdades que se encuentran en la Biblia. Pero ¿cómo lo lograría? Tras hablar del asunto con mi esposa y exponérselo a Jehová en oración, me di cuenta de que tenía que tomar importantes decisiones.

Decisiones trascendentales

Abordé a mi supervisor inmediato de la NASA y le dije que quería trabajar solo cuatro días a la semana en lugar de cinco, y que, por supuesto, aceptaría una reducción de sueldo. Le expliqué también que la razón era que deseaba dedicar tres días a la semana a mi ministerio cristiano. Él estuvo de acuerdo, aunque nunca se había hecho tal concesión a los científicos de la NASA. No obstante, me dijo que se lo expusiera personalmente a su supervisor. Cuando lo hice, me llevé la agradable sorpresa de que este alto cargo también aceptó mi petición. Así que en septiembre de 1987 empecé mi carrera de ministro de tiempo completo, lo que implicaba participar en la predicación de casa y casa y en otros rasgos del ministerio durante unas noventa horas al mes.

Posteriormente me llamaron de la Alabama A. & M. University, en Huntsville, para ofrecerme un puesto docente en el Departamento de Física. Les respondí que únicamente lo aceptaría si podía dedicar la mayor parte de mi tiempo al ministerio. Les aseguré, no obstante, que mis actividades cristianas no restarían calidad a mi enseñanza. Mi propuesta se aceptó, y desde entonces doy clases en la universidad y también soy ministro de tiempo completo. El nuevo horario incluso me ha permitido aprender español, gracias a lo cual mi esposa y yo servimos actualmente en una congregación de testigos de Jehová de habla española en Huntsville.

Ciencia y religión

Durante mis años de investigador científico no he encontrado jamás un hecho científico probado que contradiga una enseñanza bíblica. Con frecuencia, las aparentes discrepancias obedecen a una falta de conocimiento, bien del criterio científico, bien de lo que dice realmente la Biblia. Por ejemplo, algunos científicos y otras personas creen erróneamente que las Escrituras enseñan que las plantas, los animales y los seres humanos aparecieron en la Tierra durante un período de seis días literales de veinticuatro horas. Tal creencia no coincidiría con los hechos científicos conocidos. Pero la Biblia no dice eso. Indica más bien que la duración de los “días” creativos es de miles de años.%

No he encontrado jamás un hecho científico probado que contradiga una enseñanza bíblica
A mi esposa y a mí nos encanta
 el ministerio de tiempo completo
También surge confusión debido a la idea equivocada de que la fe en Dios no es más que una experiencia emocional. Pero lo cierto es que la fe en Dios y en las Escrituras se basa en hechos que pueden verificarse. Según la definición bíblica, “fe es la expectativa segura de las cosas que se esperan, la demostración evidente [o: “evidencia convincente”, nota] de realidades aunque no se contemplen” (Hebreos 11:1). En efecto, la fe se fundamenta en la evidencia. Se han cumplido ya centenares de profecías, en el pasado y en nuestros días. De modo que, incluso aplicando el método científico —utilizado en el campo de la ciencia para establecer una teoría—, podemos tener plena confianza en el cumplimiento de las profecías bíblicas acerca de los sucesos futuros.
Una de tales profecías abarca la promesa de que dentro de poco podremos gozar de condiciones paradisíacas en la Tierra. Los devastadores efectos de la vejez, la enfermedad, la muerte, las guerras y la injusticia desaparecerán de una vez por todas (Revelación [Apocalipsis] 21:3, 4). Entonces tendremos tiempo de explorar y estudiar con detalle las maravillosas creaciones de Jehová Dios y las muchas leyes que él ha establecido para gobernar el impresionante universo material.

Le estoy agradecido a Jehová Dios por ayudarme a encontrar la llave de la verdadera felicidad: las maravillosas verdades que se encuentran en su Palabra, la Biblia. En mis oraciones le pido a Dios que muchas otras personas, entre ellas científicos, lleguen a encontrar también esa valiosa llave.